domingo, 1 de junio de 2014

Historia de la Imprenta (3) - El Embrión de nuestra imprenta

El embrión de nuestra imprenta 

Las cosas no se forman por casualidad, siempre hay una gestación. Cualquier cosa nace de un embrión y se va formando alrededor de un punto, un eje sobre el que todo gira, que coordina las ideas, las acciones, los deseos, las ilusiones y las esperanzas.
 

Todo un cúmulo de pequeñas partículas que, sin dirección y solas, se pierden, se desperdician. Este
eje, este punto de apoyo en nuestra imprenta tiene un nombre,  Juan Manuel Font del Riego.


Las guerras tienen fatales consecuencias para todo el mundo, pero sin duda, quienes se llevan la peor parte son los niños. En los primeros años de nuestra postguerra, Don Juan Font se dio cuenta de que en Córdoba había muchas personas que necesitaban ayuda, especialmente los niños, las familias que habían quedado sin recursos y viudas que se encontraban desesperadas porque carecían de todo: techo, alimentos, ropa, escuelas… Pero, siempre, supo rodearse de personas generosas y encontró en D. Rafael Peñuela Escribano, un gran colaborador. Juntos, con la ayuda de Protección de Menores, fueron acogiendo a muchos niños de Córdoba y provincia en centros donde, además del sustento, recibían una formación.

A menudo se le oyó exclamar que estos niños eran para él “pedazos de su corazón”. Entre ellos, se encontraban seis de los ocho socios fundadores de nuestra imprenta.




Los socios fundadores de la imprenta junto con los que se incorporaron al año siguiente de la inauguración. De izquierda a derecha, de pie: Manuel Navajas, Luis Moreno, José López y Luis López; abajo: Bernardo Ortiz, Andrés López, Andrés Soriano, Julián Ruiz y Ramón López.